Este 15 de mayo se celebra el Día del Maestro, fecha en la cual se busca homenajear a los docentes que dejan su vida en las aulas con el fin de ayudar a sus alumnos a ser mejores personas, y con paciencia, amor y dedicación enseñar sus conocimientos a sus alumnos para guiar, motivar y, al mismo tiempo, transformar las vidas de los estudiantes.
En nuestro país, fue en el gobierno del expresidente Venustiano Carranza que se instauró la fecha en 1917 y fue en 1918 cuando se conmemoró por primera vez de forma oficial el Día del Maestro.
En esta fecha se busca honrar a todos aquellos buenos docentes que cumplen a cabalidad con su trabajo y que la pasión por enseñar la llevan más allá de los salones de clases, también se pretende sensibilizar a la ciudadanía sobre la gran importancia que tienen estas figuras socialmente.
Y por si fuera poco en esta fecha se suele también ocupar para hablar sobre las necesidades que tiene la profesión de maestro, así como el sistema educativo en el país.
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Enseñar es con amor y pasión
Cinthia Vargas de la Rosa, de 34 años, es originaria de la Ciudad de México y llegó a Querétaro hace aproximadamente 21 años, estudió la licenciatura en Fisioterapia y cuenta con una maestría en Educación y Docencia. Actualmente es profesora de la Facultad de Enfermería y responsable de los laboratorios de la licenciatura de Fisioterapia en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), lleva siete años dando clases.
Explicó que desde niña su sueño era ser maestra, anhelo que con esfuerzo y amor ha podido cumplir. Cinthia también es mamá de una pequeña de ocho años, y afirma que el poder desempeñarse como madre, docente y esposa es una labor complicada, pero con el apoyo de su familia ha podido ejercer todas las actividades de una manera satisfactoria.
“Para mí el ser maestra es un sueño hecho realidad, es poder acompañar con amor, con paciencia, con empatía al futuro; la verdad creo que el ser maestra es una oportunidad grande de transformar las siguientes generaciones y el futuro de nuestro país”, opinó.
Vargas de la Rosa afirmó que el ser maestro es una profesión que vale la pena ejercer; sin embargo, llamó a los jóvenes que quieren ser maestros pero aún lo dudan a analizar bien si esta es la profesión que quieren desempeñar, ya que el estar frente a grupo es un trabajo que debe de hacerse con el corazón.
“El docente tiene que amar lo que hace, debe contar con esta vocación y no debe de ser su último recurso, por el contrario, el ser maestro debe de ser nuestro primer impulso y es un trabajo que se debe de hacer con amor”.
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Enseñar a los próximos profesionistas, un orgullo para un docente
Miguel Llored Rivas, docente e investigador de tiempo completo de la facultad de Medicina de la UAQ, tiene 68 años y estudió la carrera de Médico Cirujano Partero en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), además realizó la especialidad médica en Cirugía plástica, médica y reconstructiva en el Centro Hospitalario 20 de noviembre, cuenta también con una maestría en Ciencias de la Salud y un doctorado en Ciencias Médicas, estas dos últimas en la UAQ.
Desde 1999 se dedica a la docencia y desempeña su carrera en un consultorio particular en el municipio de Querétaro.
Explicó que para él lo más difícil de ser maestro es la carga administrativa que conlleva esta labor, pero con la organización necesaria se puede lograr. Refirió que el ver a sus alumnos graduarse o incluso llegar a coincidir con ellos en el ámbito profesional es algo que lo llena de orgullo y de satisfacción
“Ser maestro es completamente diferente a únicamente ejercer una profesión o una especialidad, la forma de ver el mundo, de entender a nuestra sociedad, de ver crecer a los alumnos y encontrarlos más tarde en el ambiente profesional es una cosa muy reconfortante que nos recompensa mucho a los profesores”.
Afirmó que los maestros son necesarios en la vida de las personas y de la sociedad, destacando que siempre en el marco del respeto los alumnos pueden lograr grandes aprendizajes y experiencias que les servirán en su vida profesional.
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Enseñar es crecer como personas
Claudia Adriana Fuerte León, docente de la Facultad de Artes y coordinadora de Idiomas y de Atención integral al estudiante, tiene 50 años de edad y 21 años trabajando como maestra. Estudió la licenciatura de Lenguas modernas con especialidad en español para extranjeros, y mayoritariamente se ha dedicado a enseñar italiano tanto a niños, adolescentes, adultos jóvenes y adultos mayores.
Explicó que gracias a los idiomas ha podido obtener becas y con ellas viajar para seguir preparándose; no obstante, el amor por enseñar es lo que la trajo de vuelta a Querétaro y lo que la ha motivado a seguir transmitiendo sus conocimientos a la población.